En una medida inédita contra el juego ilegal, se dispuso el bloqueo de un casino online con suscriptores y cajeros que operaba clandestinamente en La Paz y Santa Elena. El sistema de apuestas ilegales era regenteado por un hombre y una mujer que lo promocionaban en medios locales. El rol del Iafas y la trama de un engaño que crece en forma preocupante entre jóvenes y adolescentes.
El juego y las apuestas online han registrado un aumento significativo en Argentina, desde que se habilitó esta modalidad en el año 2021, en virtud de la accesibilidad a través de dispositivos móviles y mecanismos de publicidad agresiva.
Este novedoso mecanismo, que incluye apuestas deportivas, casinos virtuales, videojuegos con elementos de azar y otras formas de juego que se realizan a través de internet, está provincializado en la Argentina, es decir, no existe una ley nacional, sino que la regulación corresponde a cada jurisdicción. En Entre Ríos, el organismo encargado es el Instituto de Ayuda Financiera a la Acción Social (Iafas), que garantiza la seguridad y legalidad del juego oficial.
Una digresión: de la mano de este sistema de apuestas online, ha crecido también una silenciosa y preocupante adicción que afecta a jóvenes y adolescentes que ha puesto en alerta a los docentes y a la comunidad educativa en las escuelas.
Hace algunas semanas, en una medida inédita contra el juego ilegal, se dispuso el bloqueo de un casino online con suscriptores y cajeros que operaba clandestinamente en La Paz y Santa Elena.
La investigación se inició a partir de una denuncia del Iafas en la que adjuntó una entrevista periodística en la que una persona promocionaba un casino virtual que tenía, según dijo, más de trescientos suscriptores, además de cajeras y cajeros.
A raíz de ello, la fiscal Valentina Ayala encomendó a la Dirección de Inteligencia Criminal de la Policía de Entre Ríos una tarea de “ciberpatrullaje”, en la que se constató la existencia de casas de apuestas y juego online que funcionaban por redes sociales y WhatsApp sin cumplir con los requisitos legales, que serían regenteadas por Luis Daniel Acuña en Santa Elena y por Jésica Gabriela Cañete en La Paz.
Según indicaron fuentes de la investigación, Acuña –que promocionó el casino online clandestino en una entrevista que ya no está disponible en la web– y Cañete fueron convocados a designar abogado defensor, aunque no han sido formalmente imputados, ya que la fiscal está a la espera de los informes periciales sobre teléfonos celulares, tablets, equipos informáticos, dispositivos electrónicos de almacenamiento de datos y cuadernos que se secuestraron en los allanamientos. No se descarta que de esas pericias surjan otras personas que implicadas.
En principio, Acuña y Cañete podrían ser imputados por la explotación de juegos de azar sin contar con la autorización pertinente emanada de la autoridad jurisdiccional, que prevé penas de tres a seis años de prisión. No obstante, los investigadores también analizan si en este caso hubo también una evasión de impuestos.
Los investigadores todavía no han podido determinar cuánto tiempo llevaban funcionando estas plataformas clandestinas ni los montos que movían diariamente, aunque presumen que las ganancias eran millonarias.
Otro dato que mencionaron como relevante es que ninguno de los sitios “ciberpatrullados” posee algún filtro para evitar que los menores de edad puedan acceder. Por el contrario, no había ningún tipo de control de identidad, lo que habilitaba a los menores a acceder a las plataformas y jugar sin restricción alguna.
Desde el Iafas, en tanto, resaltaron que “las apuestas en menores de edad son un delito”; al tiempo que advirtieron que estas plataformas clandestinas constituyen una desigualdad de competencia con sitios legales que están debidamente registrados, tributan al fisco y generan empleos legítimos, frente a estos que no cumplen con ninguna de estas condiciones. En esa línea, desde el organismo provincial señalaron que los únicos sitios que autorizados para operar juegos de azar online en el país son aquellos que tienen la extensión “.bet.ar” y que ninguno de los casinos online que han sido denunciados y están bajo sospecha cumplían dicho requisito.
Otro dato que hicieron notar desde el Iafas es que el azar en el mundo digital depende de los algoritmos con los que son diseñados los juegos. Para ello, las empresas legales cuentan con certificaciones internacionales que verifican la aleatoriedad de cada jugada. En casinos clandestinos, en cambio, no existen esas verificaciones, sino que los algoritmos son controlados por los propios administradores.
Fuente: Juan Cruz Varela, De la Redacción de Página Judicial.
